
Redes sociales y salud mental: ¿Un arma de doble filo?
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La capacidad de los universos digitales para destacar contenido polarizante y lucrar con la desinformación es enorme. En las redes sociales, con su mayúscula complejidad algorítmica, es donde verdaderamente la persuasión psicológica se convirtió en tecnología y parte de la cultura corporativa. (La rebelión del algoritmo. Salud mental en el imperio de lo digital)
Introducción
Las redes sociales han revolucionado la forma en que nos comunicamos, trabajamos y relacionamos. En menos de dos décadas, plataformas como Facebook, Instagram y TikTok se han convertido en espacios virtuales donde compartimos la vida cotidiana, consumimos información y nos conectamos con otros. Sin embargo, esta evolución también ha traído consigo preocupaciones importantes. El impacto de las redes sociales en la salud mental es un tema que genera creciente debate entre expertos, psicólogos y sociólogos, entre otros. ¿Son estas plataformas una herramienta para el empoderamiento personal o un mecanismo que explota las vulnerabilidades psicológicas?
En el libro La rebelión del algoritmo. Salud mental en el imperio de lo digital, Vladimir Carrillo Rozo explora con profundidad la relación entre redes sociales y manipulación psicológica. Este ensayo destaca cómo los algoritmos de las plataformas digitales pueden moldear el comportamiento, a la vez que afectan las emociones y bienestar psicológico. En esta entrada del blog La editorial independiente… profundizamos en estas cuestiones, analizando los efectos de las redes sociales en la salud mental y cómo hoy aparecen como arma de doble filo en las nuevas formas de comunicarse.
¿Existen beneficios psicológicos de las redes sociales?
Algunas voces instan a reconocer los aspectos positivos de las redes sociales en el ámbito de la estabilidad psicológica, por ejemplo, en torno a estos procesos:
Conexión social: En un mundo cada vez más globalizado, las redes permiten mantener el contacto con la red (en su sentido habitual), sin importar la distancia. Esto puede ser especialmente beneficioso para quienes enfrentan aislamiento social, pero no olvidemos fenómenos como los sesgos y las cámaras de eco. Una investigación de Pew Research Center (The Role of Social Media in Polarization) analiza cómo las cámaras de eco afectan el discurso público y la percepción individual.
Apoyo emocional: Concedamos cierto beneficio de la duda, suponiendo que los grupos en línea y comunidades virtuales fueron creados para ser un espacio seguro donde compartir experiencias (comunidades sobre salud mental pueden ofrecer apoyo a personas que sufren depresión o ansiedad). Pero sabemos bien que existe una relación entre utilización de redes sociales y aislamiento social.
Conciencia y educación: Las redes sociales pueden ser una herramienta clave para aumentar la conciencia sobre la importancia de la salud mental para el buen funcionamiento del aparato social, así como promover iniciativas de bienestar.
Empoderamiento: Desde cierto punto de vista, las redes sociales pueden dar voz a quienes tradicionalmente no la han tenido, estas plataformas podrían democratizar el acceso a información y recursos. Pero tampoco olvidemos que estas herramientas tienen gran poder para decidir el alcance real de ciertos contenidos.
Algoritmos y adicción digital
Las redes sociales influyen en la autoestima y la percepción de éxito. La dependencia a los likes en redes sociales no es un fenómeno trivial. Detrás de esta aparente búsqueda de aprobación hay complejas interacciones psicológicas y sociales que influyen en cómo los individuos definen su autoestima y éxito personal. En el capitalismo digital, estas plataformas no solo ofrecen espacios de interacción, sino también de consumo emocional, reforzando un ciclo donde la validación externa se convierte en el eje de la identidad. Es decir, las redes sociales son un factor de gran influencia en la psicología individual. (La rebelión del algoritmo. Salud mental en el imperio de lo digital)
Numerosos estudios han encontrado una correlación entre la utilización excesiva de redes sociales y problemas de salud mental como depresión, ansiedad y trastornos de autoestima. Algunos de los principales riesgos incluyen:
1. Comparación social negativa: Las redes sociales presentan una versión idealizada de la vida de las personas, lo que fomenta la comparación constante. Fotos editadas, logros destacados y una narrativa cuidadosamente maquillada pueden hacer que los usuarios se sientan ajenos, desadaptados o insatisfechos con su propia vida.
Un estudio publicado en Journal of Social and Clinical Psychology descubrió que quienes pasaban más tiempo en redes sociales experimentaban sentimientos relacionados con la envidia y menor satisfacción vital (No More FOMO: Limiting Social Media Decreases Loneliness and Depression).
2. Adicción digital: Las plataformas están diseñadas para ser adictivas. Notificaciones, likes y la posibilidad de contenido infinito activan el sistema de recompensa del cerebro, liberando dopamina y creando patrones de comportamiento compulsivo, como se explica en el estudio de Harvard Business Review: How Social Media Hooks Users. Esto puede llevar a una desconexión con la vida real y aumentar el estrés y la ansiedad. las plataformas utilizan elementos de diseño persuasivo para capturar nuestra atención. En el estudio de Tristan Harris, para el Center for Humane Technology, las plataformas utilizan elementos de diseño persuasivo para capturar nuestra atención.
3. Ciberacoso y toxicidad: El anonimato que ofrecen las redes sociales facilita comportamientos tóxicos como el ciberacoso. Las víctimas de ciberbullying suelen experimentar altos niveles de estrés emocional, que pueden derivar en trastornos más graves, como depresión o pensamientos suicidas. El estudio de Cyberpsychology, Behavior, and Social Networking, analiza el impacto del ciberacoso en adolescentes, resaltando el incremento de ansiedad y depresión entre las víctimas.
4. Desinformación y manipulación emocional: Como se explora en La rebelión del algoritmo, las redes priorizan el contenido que genera reacciones intensas, muchas veces sin importar si éste es verdadero o falso. Este mecanismo amplifica bulos y noticias falsas que pueden causar angustia, confusión o pánico colectivo.
Sobre lo anterior, tenemos ejemplos de gran relevancia social, como la propaganda antinmigración o los bulos sobre violencia de género, como explicamos en una entrada anterior, “la afirmación de que existe una “industria de denuncias falsas” que perjudica a los hombres. La minimización de las cifras oficiales de mujeres asesinadas por violencia de género. La difusión de información tergiversada sobre el uso de fondos públicos destinados a combatir esta problemática.”
Manipulación emocional en redes sociales

Los algoritmos juegan un papel fundamental en cómo experimentamos las redes sociales. Estas complejas herramientas matemáticas deciden qué contenido vemos y cómo interactuamos con él. Aunque los algoritmos pueden ofrecer contenido relevante y personalizado, también tienen efectos negativos:
Refuerzo de patrones tóxicos: Al analizar el comportamiento de los usuarios, los algoritmos pueden identificar estados emocionales como la tristeza o la soledad. Esto podría ser utilizado para ofrecer contenido que intensifique estos sentimientos, aumentando la dependencia de la plataforma, es decir, alargando el tiempo de conexión.
Cámaras de eco: Los algoritmos tienden a mostrar contenido que refuerza nuestras creencias preexistentes, lo que puede llevar al aislamiento ideológico y aumentar el sentimiento de alienación. La publicación How Facebook’s Algorithms Shape Our Feelings en The Atlantic examina cómo las plataformas manipulan nuestras emociones al priorizar contenido emocionalmente cargado.
Como también menciona Vladimir Carrillo Rozo en su ensayo, las redes sociales son capaces de influir en nuestras emociones y percepciones, alterando la estabilidad mental sin que seamos conscientes de ello.
Reducir el impacto de las redes sociales en la salud mental
Existen estrategias que pueden ayudar a reducir el impacto negativo de las redes sociales en la salud mental:
Regulación de plataformas: Las legislaciones como la Ley de Servicios Digitales en la Unión Europea buscan responsabilizar a las plataformas por el impacto de sus algoritmos en la sociedad.
Educación digital: Promover el pensamiento crítico y enseñar cómo identificar desinformación es esencial para que los usuarios naveguen las redes de manera consciente.
Utilización consciente: Establecer límites en el tiempo dedicado a las redes y practicar un consumo más intencionado puede ayudar a proteger la salud mental.
Apoyo a iniciativas independientes: Editoriales como Kercentral Magazine juegan un papel crucial al publicar libros como La rebelión del algoritmo, que invitan a reflexionar sobre cómo las tecnologías digitales afectan nuestras vidas.
Una consideración final…
La relación entre redes sociales y salud mental es, sin duda, un arma de doble filo. Aunque estas plataformas tienen el potencial de conectar y empoderar, también pueden explotar vulnerabilidades psicológicas. Estamos viendo el papel que las redes sociales están desempeñando en esta ola reaccionaria que recorre el mundo. Este dilema subraya la importancia de contar con ensayos críticos como La rebelión del algoritmo, que exploran el impacto de las industrias digitales desde una perspectiva cultural y social. Crear libros imprescindibles como este requiere del compromiso de editoriales y autores apostando por temas de relevancia global.
La situación demanda una nueva reflexión crítica sobre cómo la tecnología está modificando la situación anímica, los procesos subjetivos, a la sociedad y nuestras libertades individuales.